Los estándares de belleza siempre han ido y venido y, para encajar en ellos, también ha sido habitual que la gente se sacrifique física y psicológicamente. En la antigua China, por ejemplo, se deformaban los pies de las mujeres chinas para que fueran consideradas bellas y pudieran conseguir un buen matrimonio en su juventud.

La antigua costumbre, llamada pie de loto o pie ligado, consistía en impedir que los pies de las niñas crecieran y mantenerlos a una longitud máxima de 8 cm o 10 cm. En otras palabras, sus zapatos debían caber en la palma de la mano.

¿Cómo consiguieron el pie de loto?

Para llegar a la forma ideal, se fracturaron los pies de niñas chinas aún bebés, de unos 3 años, y se ataron con tiras de lino para evitar que crecieran y garantizar que las lesiones cicatrizaran con la forma específica para que cupieran en sus típicos zapatitos.

El nombre de pie de loto, por cierto, dice mucho de la forma deforme que debían adquirir los pies de las mujeres chinas del pasado: dorso cóncavo de los pies, con dedos cuadrados, doblados hacia la planta.

Y, aunque el formato es monstruoso, al menos desde el punto de vista actual, lo cierto es que, en aquella época, cuanto más pequeño era el pie de una mujer, más se interesaban por ellas los hombres.

¿Cuándo aparecieron los pies deformes de las mujeres chinas?

A propósito de esta costumbre, los registros históricos indican que la práctica del pie de loto apareció en la China imperial, entre los siglos X y XI, y era practicada por mujeres adineradas.

Hacia el siglo XII, sin embargo, el estándar de belleza se estableció de una vez por todas y se popularizó también entre los sectores menos acomodados de la sociedad, convirtiéndose en un detalle esencial para que una mujer pudiera casarse. Las jóvenes que no tenían los pies conectados estaban condenadas a la soltería eterna.

No fue hasta el siglo XX cuando la deformación de los pies de las mujeres chinas fue prohibida por el gobierno del país, aunque muchas familias siguieron fracturando los pies de sus hijas en secreto durante muchos años.

Afortunadamente, la práctica ha sido completamente abandonada por la cultura china, pero aún es posible encontrar mujeres ancianas con los pies atados (y que los exhiben orgullosas de sus sacrificios juveniles).

Consecuencias para la vida

Pero, aparte del dolor de los pies de las chinas al adquirir esa forma de loto, la deformación de las extremidades inferiores les causó daños irreversibles para el resto de sus vidas. Las mujeres no podían ponerse en cuclillas, por ejemplo, y tenían grandes dificultades para caminar.

Por ello, pasaban la mayor parte del tiempo sentadas, y para levantarse necesitaban la ayuda de sus maridos, lo que se consideraba algo chic y deseable. Las caídas eran muy comunes entre ellas

Sin embargo, a lo largo de su vida, aparte de la deformidad, era frecuente que las mujeres chinas sufrieran problemas de cadera y espalda. Las fracturas de fémur también eran habituales entre las damas bien casadas y consideradas bellas por sus surrealistas piececitos.

Mira cómo lucían los pies de las mujeres chinas en forma de loto:

Pero, a decir verdad, este no es ni mucho menos el único dato bizarro de China, como puedes comprobar en este otro post: 11 secretos de China que rozan lo bizarro.

Fuente: Journal of Biology, Mysteries of the World