Jararaca: todo sobre la especie y los riesgos de su veneno
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La jararaca es una serpiente venenosa típica de varias zonas de Sudamérica y responsable de la mayoría de los accidentes con serpientes en Brasil, aunque también se encuentra en el norte de Argentina y Venezuela.
Dentro de las regiones en las que vive, la jararaca se adapta a diversos hábitats. Además de vivir en zonas abiertas, también se encuentra en grandes ciudades, campos cultivados, matorrales y diversos tipos de bosque.
El veneno de esta especie es extremadamente letal para las personas y los animales domésticos, por lo que cualquier mordedura genera una necesidad urgente de atención médica.
Características de la Jararaca
La jararaca, o Bothrops jararaca, es una serpiente venenosa de la familia Viperidae. En Brasil, vive en Rio Grande do Sul, Santa Catarina, Paraná, São Paulo, Minas Gerais, Rio de Janeiro, Espírito Santo y Bahia en ambientes de Mata Atlántica y Cerrado. Suele encontrarse en zonas próximas a plantaciones, en el campo, pero también puede aparecer en zonas suburbanas.
Ver también: Calendario chino - Origen, funcionamiento y principales característicasFísicamente, presentan un patrón de escamas distintivo con diseños dorsales en forma de V invertida. Dependiendo de la región geográfica, pueden tener tonos grises, pardo-verdosos, amarillentos y parduscos. Por otro lado, el vientre es más claro, con algunas manchas irregulares.
Por término medio, las jararacas miden 120 cm, y las hembras suelen ser más grandes y pesadas.
Hábitos y comportamiento
Las jararacas son predominantemente terrestres, pero también pueden encontrarse en los árboles, especialmente cuando son jóvenes. Concentran sus actividades a lo largo del día y son más intensas durante las estaciones lluviosas, cuando se produce la época de nacimientos. Las hembras son vivíparas y producen de 12 a 18 crías por ciclo reproductivo.
Sus hábitos alimenticios consisten básicamente en roedores y lagartos. Para cazar a sus presas, utilizan tácticas de dardo. Por otro lado, las criaturas más jóvenes se alimentan de anfibios anuros y utilizan su cola amarilla para atraer a sus víctimas.
El camuflaje de la jararaca la hace muy difícil de ver, por lo que pasa fácilmente desapercibida, lo que la hace responsable de la gran mayoría de los accidentes de ofidios en Brasil.
Veneno
La jararaca tiene dentición solenoglífica, es decir, dos dientes que inoculan el veneno. Además, son retráctiles y están en la parte anterior de la mandíbula superior. En el momento del ataque, se proyectan hacia fuera, lo que agrava las consecuencias de la mordedura.
El veneno de la serpiente es tan potente que provoca dolor e hinchazón en el lugar, pero también puede causar sangrado de las encías u otras lesiones. Para protegerse, es necesario tomar un suero antibotrópico, específico para las mordeduras de jararaca.
Debido a sus propiedades, el veneno suscitó interés científico. En 1965, se aisló la proteína del veneno de jararaca y se generó el fármaco captopril, que controla la hipertensión.
Para protegerse de las picaduras, lo ideal es llevar botas al entrar en los bosques y tener cuidado al acercar las manos y la cara al suelo.
Fuente : Info Escola, Brasil Escola, Portal São Francisco
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