Cuando uno piensa en intoxicaciones, probablemente se imagina líquidos espesos, almacenados en frascos pequeños, con una calavera en la etiqueta... Pero en la vida real no es exactamente así.

Para que te hagas una idea, el veneno más mortífero del mundo se utiliza en tratamientos de belleza. ¿O es que no sabías que la toxina botulínica puede matar?

Y no hace falta mucho para que el veneno más mortífero sea letal. Sólo 0,4 nanogramos por kilogramo bastan para acabar con la vida de un adulto joven y sano de 50 kilos, por ejemplo.

Descubra cuál es el veneno más mortífero del mundo y otros 8 que también lo son:

8. cianuro

Esta sustancia puede encontrarse de forma natural en vegetales, como la mandioca; o sintetizada, en forma de gas o polvo; y es extremadamente tóxica si se ingiere o inhala. Una pequeña dosis de 5 miligramos ya es suficiente para matar.

El cianuro actúa destruyendo las células sanguíneas, provocando paradas respiratorias y destruyendo el sistema nervioso central. Su único antídoto es el nitrito sódico.

7. estricnina

Extraída de una pequeña planta conocida como Strychnos nux vomica, la estricnina es uno de los venenos más mortales del mundo. Si ingiere, inhala o incluso deja que tan sólo 2,3 miligramos del veneno entren en contacto con su piel, podría ser su fin.

Lo peor de todo es que no existe antídoto para este tipo de veneno, aunque el Diazepam intravenoso suaviza los síntomas de la estricnina. En cuanto a su envenenamiento, la sustancia, utilizada desde el siglo XIX para exterminar ratas, provoca convulsiones, espasmos musculares y muerte por asfixia (aunque ya se ha utilizado como anabolizante para aumentar las contracciones musculares de los atletas).

6. sarín

La sustancia se sintetiza en un laboratorio y contamina si se inhala. 0,5 miligramos bastan para envenenar. De hecho, para quien no lo sepa, éste fue el gas utilizado en una de las armas químicas más potentes que existen.

En contacto con el organismo, el veneno inutiliza los músculos, provoca paradas cardíacas y respiratorias, pero estos efectos pueden detenerse con el medicamento atropina.

5. ricina

Extraída de las semillas de ricino, la ricina se contamina por ingestión o inhalación. No tiene antídoto y 22 microgramos bastan para matar.

Se considera el veneno vegetal más mortífero del mundo, y provoca dolor de estómago, diarrea, vómitos con sangre y, por supuesto, la muerte. En el caso de los niños, una sola semilla de ricino ya es letal.

Toxina diftérica

Esta toxina procede de un bacilo, llamado Corynebacterium diphtheriar. La contaminación con este tipo de veneno se produce a través de gotitas de saliva, procedentes, por ejemplo, del habla o los estornudos de personas contaminadas.

Para que se haga una idea de la potencia de este veneno, 100 nanogramos ya pueden considerarse una dosis letal. Pero, la buena noticia es que el suero antídoto suspende el efecto mortal de la toxina.

Ahora bien, si no se administra a tiempo, la difteria ataca órganos como el corazón, el hígado y los riñones.

3. toxina shiga

Esta toxina es producida por bacterias de los géneros Shigella y Escherichia. Se contamina bebiendo bebidas contaminadas o comiendo alimentos contaminados. Con sólo 1 nanogramo puedes morir envenenado y lo peor es que no existe antídoto para ella.

Por lo general, los síntomas se tratan hasta que el veneno se expulsa del cuerpo, pero esto puede no resolver completamente el problema.

En el organismo, el veneno provoca diarrea, destruye la mucosa del intestino, causa hemorragias, impide la absorción de agua y puede llegar a causar la muerte por deshidratación.

2. toxina tetánica

Procedente de la bacteria Clostridium tetani, esta toxina es venenosa con sólo entrar en contacto con la piel, sobre todo si está lesionada. Una minúscula porción de 1 nanogramo ya es suficiente para matar, si no se administra el suero antitetánico.

La toxina provoca incluso tétanos, una enfermedad que ataca al sistema nervioso causando espasmos musculares, dificultad para tragar, rigidez muscular del abdomen y taquicardia.

1. toxina botulínica

Procedente de la bacteria Clostridium botulinum, se trata de la misma toxina que, en pequeñas dosis, ayuda a las mujeres a combatir las arrugas mediante aplicaciones locales. Pero no se deje engañar.

Esta toxina es el veneno más mortífero del mundo, mucho más potente que los venenos de serpiente, por ejemplo.

En dosis iguales o superiores a 0,4 nanogramos, actúa directamente sobre el sistema neurológico, provoca parálisis respiratoria y puede incluso provocar la muerte si no se administra a tiempo su antídoto, la antitoxina trivalente equina.

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Fuente: Strange World